Buenas noches desde el rincón en el que escribo.
Continuamos con esta serie de relatos cortos para leer durante las vacaciones con un relato que originalmente escribí como una redacción para el instituto pero como me gustó la he conservado. El título, como podéis ver en la cabecera, es "Viaja en Harley-Davidson". La imagen que le acompaña es la siguiente:
Y el relato es este:
Me llamo Eduard
MacShulth y en este mundo hay tres cosas que me apasionan, la cerveza, las
mujeres y sobretodo las motos de estilo custom. Justamente ahora me encuentro
en un antro de motoristas y estoy degustando una cerveza negra. Mi nena está
jugando una partida de billar con un par de tipos regordetes. Pobrecillos, no
saben que están jugando contra la campeona de billar de Detroit. Ella sabe que
en cuanto me acabe la birra nos abrimos de aquí.
Antes de que acabe mi
birra esa puerca se va del brazo de uno de esos tipos. No sé qué verá en él.
Salgo tras ellos y antes de que pueda montar en la burra de ese cerdo le agarro
fuertemente del brazo y le digo que tiene que venir conmigo ya que me
pertenece. Ella me dice que no le pertenece a nadie y se va con quien le da la
gana y me deja plantado no sin antes escupirme a la chupa. Habría sido peor si
me hubiera escupido a mi tatuaje preferido, se trata de un busto de Winona
Ryder, mi actriz favorita. Si me hubiese escupido ahí (lo llevo en el antebrazo
derecho) le habría girado la cara y hubiese sido peor para ella ya que durante
algún tiempo fui boxeador amateur y muy bueno por cierto. No perdí un solo
combate de los veintitrés en los que participé, si no tengo en cuenta aquel en
el que me descalificaron por violencia innecesaria y me barró el paso al
profesionalismo.
Abandono aquel lugar
montado en mi Moto Guzzi Custom, siempre soñé con una Harley pero jamás me la
he podido permitir, esperando encontrar pareja para la larga noche ya que no
estoy en condiciones de gastarme el poco dinero que tengo en una tía. Mi moto
no tiene una gran potencia pero sí que tiene un buen conductor y por eso me
puedo mover con más o menos velocidad por las atestadas calles de Los Ángeles y
antes de que anochezca he podido llegar a un local llamado «Custom» y en el
cual se puede encontrar (aparte de piezas para Customs) un ligue que no haga
preguntas y que no te deje por un gordo jugador de billar.
Salimos del «Custom»
alrededor de las ocho de la tarde con destino a cualquier parte donde halla
juerga y por supuesto, cerveza. La titi con la que voy es una hawaiana de
dieciocho años que todo lo que quiere hacer es tirar millas para alejarse de su
isla natal. Finalmente llegamos a una fábrica abandonada en un descampado. Allí
se encuentran otros motoristas y también «Güisqui», mi proveedor oficial de
cerveza. La noche promete.
Nada más llegar allí me
agencio una caja de cervezas y nos apalancamos en uno de los lugares más
solitarios. Una vez allí y tras haber bebido dos largos tragos de mi birra
empezamos a morrearnos. Mientras lo hacemos empecé a recorrer mis manos por su
exótico, contorneado, hermoso y curvilíneo cuerpo. Busco un lugar por el que
poder poner mis manos en contacto directo con su piel y al final encontré el
final de su camiseta y empecé a levantársela. En ese momento alguien gritó que
venía la bofia y todos salimos del local. El mayor número de motoristas
salieron en dirección norte buscando la carretera principal. Yo en cambio
decidí seguir por el descampado con la esperanza, y los deseos de encontrar
otro lugar apartado para seguir dónde lo dejamos, de que la policía, que no sé
a qué se debe esta redada ya que todavía no son las doce, seguirían al grupo y
se olvidarían de mí y de Margarita, que así se llama mi acompañante. Me equivoqué.
Cuando vi que aquellos
cabrones de polis me seguían decidí buscar el camino más corto hacia la
carretera principal. Antes de llegar, Marga (que así quería que la llamara) me
pidió que la dejara bajarse. Yo paré la moto y esperé a que bajara, Mientras lo
hacía pude verle un brillo dorado en el interior de su chupa. Que cabrona, es
una madero de mierda. Antes de que ella pueda reaccionar arranco la moto y
trato de alcanzar una buena ventaja. Cuando voy todo lo deprisa que puedo y ya
he sacado ventaja a la bofia la veo. Se trata de una Harley-Davidson de Luxe,
mi gran sueño. Es dorada y la conduce una motorista menuda de cabellos castaños
y ligeramente ondulados formando una bella media melena. Intento acercarme a
ella para entablar conversación y antes de llegar puedo ver su cara por un
segundo en el espejo retrovisor de su moto. No os lo vais a creer pero creo que
es Winona Ryder.
Esta imagen me hace
dudar un momento y no puedo darme cuenta que la bofia se me ha echado encima.
Oigo un disparo y antes de poder reaccionar pierdo el control de mi moto tras
el reventón de rueda. Yo que creía que los polis de la ciudad no tenían
puntería. Mi moto sale volando por los aires y en uno de sus botes cae sobre mi
pierna izquierda haciéndomela polvo. Yo sigo resbalando por el suelo hasta que
un camión tráiler que no me había visto para uno de sus neumáticos sobre mi
pierna derecha. Tras mi grito alguien desciende del camión y al ver la
situación intenta sacar el camión para liberar mi pierna. No lo logra ya que mi
destrozada moto le golpea y le deja sin conocimiento.
La bofia se me echa
encima, oigo risas de alguien que desciende del camión y el ruido de una moto
cerca de mí. Cierro los ojos por un segundo y al abrirlos me encuentro a Marga
apuntándome con una pistola y aprieta el gatillo. Antes de que la bala me
impacte puedo mirar a cada lado. Las risas que oía son de Tanya, la chica que
me dejó en el bar. La moto que oía era la Harley que conducía Winona Ryder,
aunque ahora sólo veo un esqueleto vestido con una túnica negra y montando mi
moto preferida. Por eso os digo que la muerte viaja en Harley-Da…
Por hoy es todo, como siempre, espero os haya gustado, espero vuestros comentarios, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.
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