viernes, 26 de abril de 2019

Sant Jordi 2019

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Como ya ha acabado Sant Jordi llega la hora de hacer un análisis de como ha ido, de los libros vendidos, de la gente que has conocido y de los buenos amigos y compañeros que has tenido junto a ti en la parada de libros (los modernos ahora lo llaman stand). O puede que no. No voy a hacer comentarios de nada de esto, baste decir que me lo pasé muy bien y estuve muy bien acompañado. Pero lo que quería de verdad hacer es compartir una poesía que escribí el día de Sant Jordi dedicada a este día. Lleva por título precisamente "Sant Jordi" y dice así:


El 23 de abril se celebra,
En Cataluña de forma especial.
Un día que me parece genial,
Dedicado a libros y rosas regalar.

Todo viene de un mito,
De una fábula en que un dragón,
En rosal una vez muerto tornó
Ya que a una princesa devorar quiso.

Pero San Jorge salvador,
Presto en su corcel llegó.
Con su espada muerte dio
Al temible dragón.

Con sus espinas un hermoso rosal
Dónde el temible ser cayó,
Y el suelo con su sangre regó,
Floreció y el mito se volvió viral.

Eso una fantasía fue,
Que me ha permitido vivir
Algo que nunca creí,
Mis propias obras firmar.

Por hoy es todo, espero que os haya gustado, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

viernes, 19 de abril de 2019

Antes de Sant Jordi

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Quería aprovechar un día como hoy que está tan cerca el día del libro, que en Cataluña llamamos Sant Jordi, para hablar un poco de libros. Ya he hecho una entrada en la que hablo de los libros que me han marcado y otra de los libros que tengo escritos pero hoy quiero hacerla de libros en general.



Estamos en una sociedad que cada vez lee menos. Nuestros días, en que la tecnología es cada vez más protagonista, ya no leemos. Podemos ver las películas o series que queramos y cuando queramos, sin movernos del sofá o mientras estamos estirados en nuestra cama. Tenemos acceso a Internet y a contenidos multimedia desde infinidad de dispositivos móviles. Pero en cambio parece que leer no está de moda. 

Pero por suerte, aún se hacen libros, existimos algunos locos como este que les escribe, que nos dedicamos a plasmar negro sobre blanco algunas historias que imaginamos. Y por suerte existen días como Sant Jordi en los que regalar libros es lo importante. Pero los libros existen para ser leídos. No sirven de nada si solo los escribimos, o si los compramos para colocarlos en nuestras estanterías o bibliotecas. Si no los leemos, el libro no tiene vida. No son adornos, no son complementos, son para leerlos, una otra y otra vez. Y cada nueva lectura es una nueva aventura que vivir. Por favor leed, eso da vida a los libros.

Por hoy es todo, espero os guste, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

domingo, 14 de abril de 2019

La casa del final del callejón.

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Para esta ocasión y a poco más de una semana para un nuevo Sant Jordi quería traer un pequeño relato inédito y compartirlo con vosotros. Como digo es un microrrelato que hasta este momento había permanecido oculto para la gente. El relato es este.


La luna en el cielo lucía hermosa y redonda. Era una magnífica noche donde esta lucía llena. Se daban las circunstancias perfectas para poder ocultarse entre las sombras. Y eso es lo que ella necesitaba, pasar desapercibida. Cubría su cabeza con la capucha de la capa y caminaba de puntillas para que sus pasos no hicieran ruido pero lo hacía todo lo rápido que podía. Quería alejarse y no ser vista.

Asomó la cabeza por el callejón ya que escuchó el ruido de unos cascos de caballo contra los adoquines del suelo. Necesitaba saber si se alejaban o por el contrario se acercaban. Volvió a esconderse entre las sombras al comprobar como tres de los mejores hombres de la guardia personal del rey avanzaban casi al galope por las estrechas callejas .

De repente se detuvieron ante el callejón en el que ella se encontraba pero no la vieron. Llamaron la atención de un mozo de cuadras que se encontraba cerca y estuvieron hablando con él algunos minutos y por los gestos de unos y el otro no obtuvieron la respuesta que querían. Los jinetes clavaron espuelas en los caballos y estos salieron a todo velocidad tras relinchar.

Cuando se hubieron ido respiró aliviada y continuó su camino sin bajar la guardia y entró en una humilde casa de la que salía un hilo de humo de la chimenea. Nada más entrar la única persona que vivía allí, una anciana entrañable de cabellos blancos, se acercó a ella y la abrazó mientras las lágrimas brotaban de sus ojos.

-¿Qué haces aquí cariño? -le preguntó- Si tu marido el rey te descubre eres mujer muerta.

-He venido a verte abuela, antes de irme.

-¿Irte, a dónde?

-Quiero dejar esta vida, yo no nací para vivir en un palacio ni para ser reina, yo nací humilde y así quiero morir. Me voy a la granja de mis tíos para vivir allí como una trabajadora más. 

La abuela sonrió y le besó en las manos.

-Eres igual que tu padre y tu madre, me alegra que seas así. Pero no es necesario que te vayas, quédate aquí a mi lado.

La recién llegada le besó la frente y asintió. Me quedo contigo abuela, para siempre. Las dos se sentaron en la mecedora y se contaron todo lo que habían vivido la una sin la otra, pero nunca más se separaron.

Por hoy es todo, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

sábado, 6 de abril de 2019

Silla eléctrica

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Quería aprovechar la entrada de hoy para traeros un pequeño monólogo que escribí hace un tiempo y que llevé a escena con la compañía de teatro de Can Pantiquet en el espectáculo "Bienvenidos al manicomio". El personaje es un condenado a la silla eléctrica que ademas es un bipolar. El escrito se titula precisamente, "SILLA ELECTRICA" y como siempre tras la imagen lo podrás leer.


El personaje entra a escena acompañado de dos policías, uno a cada lado, supuestamente lleva esposas en las muñecas y grilletes en los pies. Lo empujan dentro de una celda, él se agarra a los barrotes. Se pasea tranquilamente por la celda y se sienta en el camastro, entonces empieza a hablar.
Un tumor cerebral, pobrecilla, no se lo merece. Además los médicos dicen qué lo han descubierto demasiado tarde y que no le quedan más de dos o tres meses de vida.
Ella, que siempre se había preocupado tanto por nosotros, sus hijos y ahora tenemos que contemplar impotentes como se apaga sin poder hacer nada.
Justo cuando murió mi padre hace ahora diez años, tuve que hacerme cargo de ella, no me importó, yo era el pequeño y dejé mis estudios de historia y empecé a trabajar.
No solo tenía que mantenerla a ella y a mí, sino al resto de mi propia familia, mi mujer y mis dos pequeñines.
Son encantadores, Javi, el mayor, quiere ser astronauta y Toni, el pequeño, médico, para encontrar la cura al mal de su yaya.
Mi madre siempre los junta los domingos, después de comer y les pide que les enseñen los deberes, si los tienen hechos y bien les da su semanada si no, no. Eso ya lo hacía con nosotros, pero ahora, no tendrá ganas de hacerlo más.
Y allí estaba él, con su uniforme bajándose de su moto. Me acerqué a él por la espalda mientras se quitaba el casco. Estaba solo y lo abordé en silencio. No había nadie cerca, saqué mi arma y le descerraje dos tiros PAM, PAM, el cuerpo cayó al suelo y yo me acerqué más PAM, PAM, dos disparos más el cuerpo caía inerte al suelo. Vi como la sangre manchaba el suelo, como crecía el charco rojo. Jejeejejejeejeje y disfruté, sí disfruté enormemente, jejejejejejejeje. Él estaba en el suelo inerte, muerto.
Las pocas veces que podía acompañarla al mercado me gustaba llevarle el carro y cuando regresábamos a casa, subía la compra por las escaleras para que ella no se cansara. También me gustaba ayudar a las vecinas a subir sus carros repletos, sobre todo a aquella ancianita del cuarto, por cierto, ¿Qué habrá sido de ella?
Con lo activa que había sido siempre mi madre, sí es verdad que cuando murió mi padre cayó en una pequeña depresión pero se recuperó en seguida. Pobrecilla.
Dos meses de vida, eso es tan poco tiempo. Voy a intentar que sean los más felices de su vida, que se ría, que viaje, que pase todo el tiempo que pueda con sus hijos y nietos y luego, cuando ya no esté, que su ausencia sea recordada por todos aquellos a los que amó.
¿Sabéis que voy a hacer?...
Y no me arrepiento, de hecho sólo fue el primero, tras él vinieron otros muchos. Todos ellos policías, monillos, maderos y picoletos, todos son la misma mierda. ¿Qué no me habían hecho nada? Tal vez ellos no, pero eran putos policías. Hace diez años uno de ellos mató a mi padre ¿y creen que pagó por ello?, NO, NO LO HIZO. El pobre alegó que se le había disparado el arma mientras la limpiaba, “son cosas que pasan” dijo el juez, el quedó en libertad, vivo y trabajando mientras nosotros enterrábamos a nuestro padre y con él la esperanza de una vida feliz. Mis sueños se sepultaron junto a aquel ataúd de madera.
¡O qué pasa! qué porque lleven placa son inmortales, ¿son héroes? No lo son, ni siquiera son personas, pierden ese epíteto cuando se ponen el uniforme, entonces se convierten solo en mierda, solo son basura que están mejor muertos. Sus familias le habrán llorado, sí, pero sabían que eso pasaría un día u otro yo en cambio…
… La voy a llevar a Disneyland, ella siempre ha querido ir allí. Iremos todos, ella, mis hijos, mis hermanos, sus mujeres y sus hijos. Ya tengo el dinero guardado.
Luego la llevaré al pueblo, allí en Granada, para que pase unos días con su hermana y luego, no sé qué haré luego, cuando llegue el momento pensaré en ello pero no voy a permitir que las lágrimas afloren en sus ojos, eso os lo puedo prometer.
yo no tenía por qué perder a mi padre como lo perdí. Lo mató una bala perdida de un madero. Ninguno de los hombres que yo maté fue el que mató a mi padre ¿Y? son la misma mierda. Me he convertido en el héroe que a mi padre le hubiese gustado que me convirtiera…
Bajando al público, siendo por fin consciente de todo
¿O tal vez no?, he sido un buen hijo, un buen padre y un marido fiel, amigo de mis amigos y de mis vecinos, una persona culta (rompiendo a llorar y volviendo a la celda, sentándose) pero ¿qué es lo que he hecho? ¡Mamá!
Empieza a sonar la canción The ring of fire, entran los policías del principio y lo llevan a la silla eléctrica lo sientan y le tapan la cabeza con una capucha y lo electrocutan.

Por hoy es todo, espero que os guste, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.