sábado, 26 de enero de 2019

Entrada 100

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Hoy es la entrada 100 y habría querido hacer algún tipo de regalo, tal vez un texto inédito, una foto conmemorativa o algo por el estilo. Pero he de decir que no soy muy amigo de las fotos y por diferentes temas personales no he podido completar el relato que empecé a escribir así que ya lo compartiré con vosotros en otro momento. Así que aprovecharé esta entrada tan redondita para hablar un poco de mí, pero como escritor, nada más. Empezamos.


Bueno lo primero es lo primero, presentarme, para aquellos que no me conozcan aún diré que me llamo Samuel Ramos y nací a finales de Enero de 1977 en Mollet del Vallés por equivocación, pues siempre he vivido en La Llagosta. Técnico Superior en Gestión Comercial y Márketing y en Electrónica Industrial. Siempre me he sentido atraído por diferentes artes, he practicado teatro de forma amateur en diversos grupos y la escritura me ha apasionado desde niño,primero con relatos cortos, con artículos para la revista del instituto más adelante y con monólogos para teatro al final. Y entre unos y otros se germinaron diversas ideas para novelas que ahora de adulto estoy pudiendo realizar. Mi Ópera Prima, Amonathep, La historia del asesino de la mano derecha, es un trabajo nacido originalmente manuscrito en una libreta entre desplazamiento y espera en diversos trenes.

He de decir que mi carrera como escritor (si es que se puede llamar carrera a lo mio y si es que se me puede considerar escritor), al menos como persona que tiene un libro publicado empezó en febrero de 2017 que fue cuando apareció "Amonathep, la historia del asesino de la mano derecha" pero este libro se escribió íntegramente a mano y lo escribí entre los años 2005 y 2006 pero no fue hasta el año 2016, más o menos en verano, que no lo acabé de pasar a ordenador y empecé a "ofrecerlo" a diferentes editoriales y finalmente me decidí por Leibros Editorial.

En ese tiempo, desde verano del 2016 y hasta hoy, he continuado escribiendo (Cosa que aún hago) y ya he completado varios manuscritos que espero algún día puedan ver la luz. Os dejo aquí los títulos y una pequeña sinopsis de cada uno.

"Amonathep" (2017) Editorial Leibros (Novela Policíaca): Un asesino en serie empieza a matar en una tranquila población, Alea, la inspectora encargada del mismo recibe una llamada del asesino advirtiéndola de que ella misma figura entre sus futuras víctimas y convirtiéndose en ese momento en una carrera contra reloj.

"Entremés" (Relatos): 5 historias cortas, las 3 primeras protagonizadas por los mismos protagonistas que Amonathep que nos amplía el microuniverso de los mismos. La cuarta historia es la introducción a "El toque" y la quinta un regalo para los lectores.

"El toque" (Novela policíaca): Un asesino en serie está acabando con la vida de varias mujeres dejando los cuerpos semidesnudos pero sin signos de que les hayan agredido sexualmente. La forense Beatriz Cáceres descubre de forma accidental que si toca a un cadáver puede ver lo último que este vio, ¿será suficiente para detener al asesino?

"¿Ocurrió?" (Relatos): 20 relatos cortos aderezados todos ellos con un ingrediente misterioso. Hay diferentes géneros, terror, románticos, históricos, humorísticos, etc. y de diferentes ambientaciones, época actual, futuro, piratas, mediavales, salvaje oeste, etc.

"Patchwork, relatos, retales y retazos" (Relatos): Un libro que en realidad es un compendio o vademecum de diferentes cosas que he ido escribiendo a lo largo de mi vida, tiene relatos cortos, poesías, monólogos y escenas de teatro, artículos e incluso una canción.

"Luciérnagas" (Novela misterio): Mi primera incursión en el género del misterio. En un pequeño pueblo de Texas llamado Rancho alguien ha abierto la caja de Pandora sin saber que ha puesto en peligro a todo el pueblo despertando el terror en forma de inofensivas luciérnagas.

"Donante Universal" (Novela policíaca): Segunda parte de las aventuras de Sergio y Alea protagonistas de "Amonathep" en esta ocasión ocurren tres asesinatos a la vez en tres lugares distintos y el asesino en los tres casos es el mismo hombre.

Y hasta aquí lo que tengo escrito hasta el momento, pero tengo varios proyectos entere manso de los que ya hablaré con detalle más adelante. Por hoy es todo, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

sábado, 19 de enero de 2019

Mi baúl de los recuerdos (II)

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Hace aproximadamente un año hice una entrada titulada "Mi baúl de los recuerdos (I) y dije que habría más aunque no sabría decir con que periodicidad, podéis leer la entrada aquí: https://mi-rincon-de-escribir.blogspot.com/2018/01/mi-baul-de-los-recuerdos-i_20.html. Bien, pues casi un año después llega la segunda parte de la entrada. Si en aquella ocasión la entrada giró en torno a los juegos de rol en esta ocasión el tema girará en torno a otra de mis pasiones que también me ha influido en mi vertiente de escritor. Me estoy refiriendo al teatro.


El teatro me ha dado muchas cosas, de hecho algunas de las primeras cosas que escribí fueron para ser llevadas a escena a modo de monólogos (algunos de ellos los habéis podido leer en este blog). Pero ha sido mucho más que una pasión para mí, ha sido una parte más de mi cuerpo, casi como una extensión mía.

Algunos de los personajes de mis novelas y relatos cortos han sido o son actores amateurs, y habrá más. Pero no es por ningún motivo en concreto, simplemente porque me gusta escribir sobre cosas que sé o me gustan y el teatro es una de las cosas que se y me gustan. Pero os hablaré de como empezó todo, aunque ni yo mismo lo sé muy bien.

Me ha gustado el teatro desde niño, no sabría decir cuando, ya me gustaba cuando hacía teatro en la escuela dominical de la iglesia evangélica de La Llagosta y me siguió gustando cuando estaba en EGB. Recuerdo que cuando cursaba octavo pusieron una serie de talleres para hacer los vieres por la tarde, había de todo tipo, y yo me apunté sin dudarlo al de, efectivamente, teatro. En un principio se iban a realizar tres obras, dos cortitas y una más larga, la para mí insuperable "El mercader de Venecia". Disfruté tanto preparando esa obra. Yo interpretaba a Shylock y era un reto pese a que tan solo tenía 14 años. Y me salió bastante bien. Aquí comprendí que tal vez esto de la interpretación podía ser para mí.

Pero me di cuenta de otra cosa, tenía capacidad para memorizar en tiempo record. Lo supe porque otra de las obras que se iban a realizar, una cortita, estuvo a punto de suspenderse pues el protagonista de la misma, que también interpretaba un personaje principal de "El mercader de Venecia" no se sabía el papel, la directora de la obra, que era una maestra, quiso suprimirla a 2 días del estreno y yo le pedí que no la suspendiera, que me dejara probar a memorizar el texto y que la obra se hiciera (no lo hice por afán de protagonismo sino porque había compañeros que llevaban meses trabajando en esa obra y no salían en ninguna otra y no me pareció justo). Y al parecer lo conseguí pues la obra se realizó y la profesora/ directora me felicitó por memorizar tan rápido.

Y dejé un poco el teatro hasta unos años más tarde, cuando en el año 1996 me apunté al grupo de teatro del instituto, en el que estuve 4 años consecutivos, pero a partir de ahí estuve en varios grupos, hasta tres distintos a la vez. Además del grupo del instituto estuve en el grupo intergeneracional del Casal d'avis, en Nanocosmos teatre, en Sol i Lluna, en el grup de teatre de Can Pantiquet, Pastorrats etc. En algunos estuve un año solo, en otros, como Nanocosmos, diez. Y de todos ellos , de todos los grupos y directores he aprendido mucho. Cosas que me han servido para mi vida personal y como escritor.

Por ejemplo, gracias al teatro y a los juegos de rol, tengo diferentes herramientas para crear los personajes. Darles vida sobre papel creándoles un presente pero también un pasado. También me ha servido para conocer los entresijos de la puesta en escena, perder el miedo a hablar en público (tan útil para poder hacer presentaciones o montar paradas de libros).

He escrito monólogos e historias que no lo son pero están escritas como sí lo fueran. Me ha marcado tanto que algunas historias tienen al teatro, o tendrán, como telón de fondo. Y después de leer esto muchos os preguntaréis, si tanto te gusta ¿por qué ya no haces teatro? yo también me lo pregunto, tal vez esté haciendo un impás en mi vida, esperando volver, pero me da miedo, tuve un susto una noche que me desperté con taquicardias y el doctor me dijo que si practicaba algún deporte en mi vida o hacía alguna actividad que me acelerara el pulso, yo le dije que solo teatro (los que no han hecho teatro tal vez no lo sepan pero antes de salir a escena el corazón se pone a latir a mil por hora, al menos el mío, los que habéis actuado conmigo lo sabéis). Así que lo dejé por salud, al menos, momentáneamente, pero ese gusanillo sigue corriendo por mis venas.

Por hoy es todo, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos o nos vemos por los escenarios.

sábado, 12 de enero de 2019

Cuatro escalones nada más.

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Hoy quería compartir con vosotros un poema que escribí hace algún tiempo. Es la historia de una pedida de manos, espero que os guste. Tiene por título "Cuatro escalones nada más" y lo podréis leer tras la imagen, como siempre. 


Cuatro escalones nada más, eso es lo que nos separa.
Un tañido de campana, casi puedo verte.
Trato de ganar tiempo, de hacerle al destino trampas.
No quiero otra cosa que no sea tenerte.

Cuatro escalones nada más, eso es lo que nos separa.
Un latido de mi corazón, ¿no quieres verme?
Yo no ansío otra cosa que estar contigo, ¿Escapas?
No quieres otra cosa que no sea tenerme.

Cuatro escalones nada más, eso es lo que nos separa.
Un bramido de terror, no quiero perderte.
Todo parece acabar, cuando huyes como las ratas.
No quiero otra cosa que no sea tenerte.

Cuatro escalones nada más, ese es lo que nos separa.
Un segundo en el reloj, el tiempo quiere ahogarme.
Te detienes, te giras y buscas en tu pantalón. Me amas.
No quieres otra cosa que no sea tenerme.

Cuatro escalones nada más, eso es lo que nos separa.
Un diamante en un anillo, ¿Eso quieres proponerme?
Te arrodillas, me miras, ¡No te andes por las ramas!
No quiero otra cosa que no sea tenerte.

Cuatro escalones nada más, eso es lo que nos separa.
Una vida por delante, juntos en adelante.
Acepto por supuesto, no dejaré que te vayas.
No queremos otra cosa que no sea tenernos.

Por hoy es todo, espero os haya gustado, espero vuestros comentarios. Nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

sábado, 5 de enero de 2019

MACARRA DE CEÑIDO PANTALÓN.

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Quería aprovechar la entrada de hoy para recuperar uno de los primeros monólogos que escribí cuando era actor amateur. Este en concreto lleva por título: "Macarra de ceñido pantalón". El título se lo puse en homenaje a una canción de Sabina titulada "¡Qué demasiao!" que además es la que sonaba cuando entraba en escena y cuando me iba. Es del año 1996 o 1997 y la obra de la que formaba parte tenía el título "Clase abierta" y la compañía era el Grup de Teatre de Can Pantiquet. Espero os guste, como siempre lo podéis leer después de la foto.


¡Hola! ¡Buenas noches! Estoy aquí para explicaros mi vida, sí, ya sé que mi vida os importa un pijo, a mí al menos la vuestra me importaría poco más que eso, pero como me pagan para hacerlo, y no estoy como para desperdiciar el dinero, aquí me tienen.
Nací hace 25 años en un barrio marginal, pobre. Viví rodeado por camellos, yonquies, chorizos, delincuentes y putas. De donde yo vengo el Lute y el Vaquilla son verdaderos héroes, el espejo donde todos nos mirábamos y a los que todos queríamos imitar. Ellos han tenido suerte, ellos han pasado a la historia. Por cierto, me llamo Eddie, por Eduardo.
Mi padre era un chulo, un borracho y un yonqui, obligó a mi madre y a mi hermana (Dos años mayor que yo) a prostituirse y a mí me crió para robar. Tirones de bolsos, robo de coches, asaltos a joyerías, todo era válido con tal de sacar algo de pasta.
Con solo diez años la policía ya me tenía en busca y captura, lógico, llevaba tres atracos a farmacias sin que me hubieran tan solo reconocido. Pero mi suerte cambió el mismo día que cumplí dieciocho años y me trincaron, me llevaron al talego y casi sin ser juzgado me condenaron a diez años de cárcel, y allí empezó a cambiar mi vida. Por primera vez tenía una cama sólo para mí y tres comidas calientes diarias.
Pronto me enteré de un plan de reinserción, allí me enseñaron a leer y escribir, me enseñaron el oficio de carpintero y cuatro o cinco cosas sobre economía. También practiqué un par de deportes sin demasiado éxito, sobretodo fútbol, baloncesto y boxeo.
Allí hice a mis auténticos amigos, Alex y el Currito, carpinteros como yo. También fue allí donde conocí el lado más cruel de la vida, gente muriéndose por culpa del SIDA, gente que lanza su vida a la basura a cambio de un gramo de coca (como el pobre Alex), carceleros corruptos, alcaides violentos, una bazofia a la que pude llamar hogar. Doy gracias a Dios porque a pesar de estar rodeado por las drogas jamás me sentí tentado por ellas.
Al cumplir seis años de condena me dejaron en libertad condicional por buena conducta, debía buscar trabajo e iniciar una nueva vida, ¡Cómo si fuera tan fácil! ¿Han estado en paro alguna vez? Si es así sabrán lo difícil que es buscar trabajo, es dificilísimo, bien, pues para mí es imposible.
Cuando me presento a una entrevista de trabajo y me pregunta si tengo experiencia yo respondo que sí, que he trabajado de carpintero durante cinco años dentro de La Modelo y automáticamente me dicen que no cumplo el perfil que buscan, si niego tener experiencia no me dan los trabajos por falta de la misma. Soy bueno en mi trabajo, pero no me dejan demostrarlo.
Todo por ser un Ex presidiario. Que injusta que es la gente, ¿no se supone que ya pagué mis errores? Sí, fui malo, me metieron en la cárcel y pague por ello. Ahora soy libre y normal. Pero la gente no lo entiende, esta sociedad, tan liberada y democrática, no perdona a alguien que ya se arrepintió de lo que hizo cuando era joven. ¿No será que no son tan democráticos, o tan libres?
Viendo eso hay veces que echo en falta el frío de la cárcel, allí por lo menos tengo amigos y me aprecian por lo que soy, así que... (En este momento baja al público con una pistola en una mano y una bolsa en la otra y se pasea entre este apuntando con el arma) Depositen su dinero, joyas, relojes, y objetos de valor en esta bolsa y no pasará nada. (Esto lo dice desde la puerta y a voz en grito) Recuerden, mi nombre es Eddie.

Por hoy es todo, espero lo hayáis disfrutado, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.