viernes, 31 de agosto de 2018

20 Lecturas Recomendadas

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

He decidido hacer esta entrada a raíz de un reto que me hizo Roger Wilson en Facebook. El reto consistía en en publicar una portada de un libro, una cada día durante una semana e ir retando a la vez a otra persona a hacer lo mismo. Ese ya lo hice y a raíz de él me di cuenta de dos cosas, la primera, que con siete días no tenía suficiente para comentar todos los libros que quería y la segunda, que es importante llenar de libros las redes sociales, así que he decidido hacer una entrada en mi blog de veinte lecturas recomendables, hablo de lecturas y no de libros porque como podrás ver no todo son libros. Aquí, como también tengo más tiempo y espacio además de compartir la portada también diré por qué he elegido cada uno de ellos.

Quiero dejar claro que el orden en el que aparecen no es ni de más a menos, ni de menos a más en lo que a gustos se refiere o a preferencia, simplemente es un orden aleatorio. Empezamos:


"Rebelión en la granja" de George Orwell. Este libro me tocó leerlo en el instituto, en la clase de castellano pero no recuerdo en que año. Ya había visto la película de animación pero el libro me gustó mucho, tanto que es uno de los pocos libros que me he leído un par de veces.


"Azules contra grises" de William Camus. Este libro era de lectura obligatoria cuando estudiaba EGB. Me fascinó, tenía una lectura amena y a la vez trataba un tema fascinante que me enganchó. Lo leí un par de veces, una para hacer el trabajo y otra por el placer de leer. Nunca antes me había pasado con otro libro hasta ese momento.


"La cueva del tiempo" de Edard Packard y Paul Granger. Aquí pongo este libro porque fue el primero de la colección "Elige tu propia aventura" que tuve y que leí, pero podría poner varios, pues tengo siete u ocho y he leído alguno más. Me parecieron muy originales este tipo de libros en los que dependiendo de que quisieras que hiciera el protagonista ibas de un lugar a otro del libro, saltando de adelante a atrás en busca de la aventura que tu prefirieras. Supongo que de este tipo de lecturas y otras parecidas me vino mi posterior afición a contar cosas.


"Cuentos para pensar" de Jorge Bucay. Este libro cayó en mis manos a modo de regalo de cumpleaños en una época un poco delicada para mí, estaba atravesando por una depresión y no me apetecía leer nada. Hasta que este libro me llegó. No solo me subió el ánimo, también me devolvió el gusanillo por la lectura.


"Canción de Hielo y Fuego" De George R. R. Martin. Aunque no se trata de un libro sino de una saga, en realidad de una novela río, que difiere un poco de una saga. Por el momento cuenta con cinco títulos: "Juego de tronos (I)", "Choque de reyes (II)", "Tormenta de espadas (III)", "Festín de cuervos (IV)" y "Danza de dragones (V)". En principio faltarían dos títulos más para completar la historia. La verdad es que poco puedo decir. Mucha gente la conoce por la serie de HBO pero yo prefiero la lectura. Muy recomendable para todos aquellos que les gusta las lecturas de aventuras, las luchas con espadas y los líos palaciegos. Como la mayoría de fans, estoy a la espera de que aparezca el siguiente título. Contando los días estoy. 


"Los pilares de la tierra" de Ken Follett. Simplemente una obra de arte, conozco a mucha gente que lo ha leído y poca gente a la que no le haya gustado. Fue uno de los primeros "tochos" que leí y no me arrepiento. es una grandísima novela que no puede faltar en ninguna biblioteca que se precie.


"El ocho" de Katherine Neville. Adquirí este libro cuando volví a leer y con él rompí el miedo a leerme libros gordos. Me gustó muchísimo y creo que debería leerlo todo el mundo.


"El médico" de Noah Gordon. Una historia muy bien narrada y que además nos acerca con un realismo pasmoso a como era la medicina en esa época. Libro de cabecera sin duda.


"Acosada" de Brian Freeman. Aunque podría traer aquí cualquier libro del autor. Uno de los grandes de la novela policíaca de la actualidad. Escrito de una manera que engancha y que te incita a seguir leyendo, todos los libros que he leído de este autor tienen ese ritmo.


"Con buena letra" de Joaquín Sabina. Un libro que aúna la poesía de las letras de Joaquín Sabina con algún comentario del autor a algunas de ellas y dibujos del cantante. Indispensable para los fans del cantaautor andaluz.


"Drácula" de Bram Stoker. Esta historia me cautivó cuando la vi en el cine. He de decir que es la película que he visto más veces. He querido incluir la novela aquí por dos motivos. El primero es que es una de las novelas que dejé a medias cuando caí en la depresión y el segundo es porque me la leí después y me gustó más que la película.


"El mercader de Venecia" de William Shakespeare. No podía faltar el teatro en una selección de libros hecha por mí. Esta, además de haberla podido interpretar, también me cautivó por lo bellamente escrita que está.


"El perquè de tot plegat" de Quim Monzó. Una de las gratísimas sorpresas que me llevé con las lecturas obligatorias del instituto. Una divertidísima selección de relatos cortos francamente hilarantes que se puede leer en cualquier momento y que al ser historias cortas no necesitas una continuidad. 


"Ragnarok, Juego de horror en el mundo contemporáneo" de Carlos Monzón y el equipo de Ludotecnia. No diré que es el mejor juego de rol porque no es cierto, pero valga como mención a todos los juegos de este estilo. Una lectura apasionante, sobre todo para los amantes de estos juegos, con un trasfondo muy bien desarrollado con su lectura pasé algo parecido al miedo y en sus sesiones de juego también. Para mí un imprescindibles y además fue uno de mis salvavidas cuando bagaba por la depresión, era de las pocas lecturas que toleraba.


"Rapaces" de Dufaux y Marini. Unos cómics magníficos y sea extensible también para el resto de historietas que fue mi otra tabla de salvación como los juegos de rol. En este caso un nuevo punto de vista del vampirismo. Unos dibujos geniales y una historia igual de buena.


"El nombre de la Rosa" de Umberto Eco. Había visto la película y me encantó. Luego leí la novela y aunque me gustó me pareció mejor la película. Luego la he vuelto a ver y a leer y ya no veo tanta diferencia entre las dos. Ambas son una maravilla.


"El nombre del viento" de Patrick Rothfuss. Se trata de una trilogía del que de momento solo me he leído los dos primeros aunque este que es el que abre la saga me ha parecido mejor que el segundo. Aunque globalmente es una gran saga, deseando que salga el tercero y último para saber como acaba.


"El niño con el pijama de rayas" de John Boyne. Tan solo diré que me lo leí en dos días. Me atrapó la ternura con la que está escrita y la perspectiva de la segunda guerra mundial desde el prisma de los ojos de un niño. Imprescindible.


"La muerte no perdona" de Pepe Ramos. Una novela, pequeña en extensión pero muy intensa. Uno de los libros que más me han gustado, y no es amor de hermano pues su autor es mi hermano mayor. Una pena que esté descatalogado.


"Santa Biblia Reina Valera". No es un libro al uso, pero nací, crecí y vivo en una familia cristiana y este libro me acompañó, me acompaña y me acompañará siempre. Entiendo que haya gente que no le guste, que no lo apruebe e incluso que le parezca mal que lo comparte, pero para mí es mi libro de cabecera. 


"El Señor de los anillos" De J.R.R. Tolkien. Sé que este es el número 21 pero no lo podía dejar fuera de esta selección. He de decir que primero vi las películas y luego me leí las novelas y creo que hice bien pues es mejor las novelas. Aventuras en la Tierra Media. ¿Qué más se puede pedir?

Hay muchos libros que se han quedado fuera y grandes autores que también han sido omitidos, pero no por que no me guste simplemente quería elegir 20 y eso he hecho. Ojalá podamos llenar internet de libros. Por hoy es todo, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

sábado, 25 de agosto de 2018

Relatos para las vacaciones (y X) "TROTAMUNDOS"

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Hoy os traigo el último relato para poder leerlo durante estos días veraniegos. Sé que el verano aún no ha acabado pero creo que con diez relatos es suficiente. En esta ocasión traigo uno de corte apocalíptico. Su título es "Trotamundos" y como siempre, tras la foto os dejo el relato.



Soy Jack Leighton y mi familia es una de la más rica del estado de Illynois, pero ya estoy harto de esta vida que me ha tocado vivir, por eso he decidido recorrerme todos los estados de Estados Unidos.
Empecé mi camino hace ahora  seis meses. Era un día de verano y decidí marcharme de mi casa, vendí todo lo que no podía llevar conmigo y me marché. Me vestí con unos pantalones tejanos, una camiseta del equipo de hockey hielo, concretamente con la de los Migthy Ducks of Aneheim, con unas botas camperas y con una descolorida cazadora tejana. Recogí mi pelo con un pañuelo y sobre este coloqué mi gorra de los New York Rangers.
En una pequeña mochila introduje mudas para cinco días, una camiseta negra de Spiderman y otra de manga larga con un dibujo de un vampiro, un jersey de lana para cuando llegara el frío y unos pantalones negros tejanos. También eché mis viejas bambas deportivas por si me daba por jugar al baloncesto o por tener un calzado de repuesto.
También eché en la mochila un pequeña petaca llena de whisky, una libreta de pentagramas y otra normal además de un par de bolígrafos y la esterilla y el saco de dormir. Cerré la mochila e introduje en el bolsillo interior de mi cazadora mi armónica y en el exterior todo el dinero que tenía y que había podido recaudar. Me cargue la mochila a mis espaldas, me puse mi cinturón, el de la hebilla de Harley Davidson, y tras coger mi guitarra acústica me marché de casa sin decir nada, sin despedirme ni dejar nota alguna.
Mucho ha llovido desde aquel entonces, además de verdad, y seis meses después muchas cosas han cambiado, me ha crecido el pelo, me he recorrido treinta y tres estados, me he quedado sin whisky y sin hojas de libreta y casi sin dinero, y lo peor de todo es que estoy cansado, muy cansado. Cansado de recorrer América, pero también cansado de la gente, parece mentira lo hipócritas que pueden llegar a ser. También estoy cansado de la vida, en mi viaje he podido observar muchas cosas, pero lo que más me ha impactado ha sido lo que he visto en los barrios bajos. Miseria, hambre, podredumbre, delincuencia, drogas, alcohol y armas al alcance de cualquiera.
Estoy deseando volver a casa, pero ahora que se ha desatado una guerra va a ser difícil ya que las calles de cualquier ciudad están atestadas de militares. Todas las guerras son malas, pero cuando la guerra es contra tus propios hermanos es aún peor.
Se supone que este es el país más importante del mundo, el más avanzado y el más poderoso, si es así, ¿por qué narices tenemos que enfrentarnos entre nosotros? sólo por dinero, queremos más y más y cuando no se le puede robar a otros países hay que quitárselo a tus propios compatriotas. Si la felicidad se mide por el dinero que se tiene que desgraciados que somos.
Que el Señor nos proteja a todos, porqué sino estaremos acabados.
25 de febrero de 2025 d.C.,  Ya llevamos tres meses de guerra civil.


Por hoy es todo, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

miércoles, 22 de agosto de 2018

Una nueva portada

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Quería hacer un alto en esta serie de relatos para leer en verano para poner una nueva portada de un recopilatorio que contiene un relato mío. El libro es "Librepedia II" de Diversidad Literaria y que en esta ocasión el relato que contiene se titula "EX LIBRIS". A continuación os dejo la portada y el relato, son estos:



Estaba orgulloso de su colección privada. Era el mayor coleccionista de libros del mundo, poseía varios incunables, manuscritos de diversa procedencia y las novelas más vendidas de todos los tiempos, por supuesto en su primera edición, pero estaba incompleta y eso no podía ser. Siempre le faltaría este libro.

Por hoy es todo, espero que os haya gustado. Nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

viernes, 17 de agosto de 2018

Relatos para las vacaciones (IX) "VIAJA EN HARLEY-DAVIDSON"

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Continuamos con esta serie de relatos cortos para leer durante las vacaciones con un relato que originalmente escribí como una redacción para el instituto pero como me gustó la he conservado. El título, como podéis ver en la cabecera, es "Viaja en Harley-Davidson". La imagen que le acompaña es la siguiente:



Y el relato es este:

Me llamo Eduard MacShulth y en este mundo hay tres cosas que me apasionan, la cerveza, las mujeres y sobretodo las motos de estilo custom. Justamente ahora me encuentro en un antro de motoristas y estoy degustando una cerveza negra. Mi nena está jugando una partida de billar con un par de tipos regordetes. Pobrecillos, no saben que están jugando contra la campeona de billar de Detroit. Ella sabe que en cuanto me acabe la birra nos abrimos de aquí.
Antes de que acabe mi birra esa puerca se va del brazo de uno de esos tipos. No sé qué verá en él. Salgo tras ellos y antes de que pueda montar en la burra de ese cerdo le agarro fuertemente del brazo y le digo que tiene que venir conmigo ya que me pertenece. Ella me dice que no le pertenece a nadie y se va con quien le da la gana y me deja plantado no sin antes escupirme a la chupa. Habría sido peor si me hubiera escupido a mi tatuaje preferido, se trata de un busto de Winona Ryder, mi actriz favorita. Si me hubiese escupido ahí (lo llevo en el antebrazo derecho) le habría girado la cara y hubiese sido peor para ella ya que durante algún tiempo fui boxeador amateur y muy bueno por cierto. No perdí un solo combate de los veintitrés en los que participé, si no tengo en cuenta aquel en el que me descalificaron por violencia innecesaria y me barró el paso al profesionalismo.
Abandono aquel lugar montado en mi Moto Guzzi Custom, siempre soñé con una Harley pero jamás me la he podido permitir, esperando encontrar pareja para la larga noche ya que no estoy en condiciones de gastarme el poco dinero que tengo en una tía. Mi moto no tiene una gran potencia pero sí que tiene un buen conductor y por eso me puedo mover con más o menos velocidad por las atestadas calles de Los Ángeles y antes de que anochezca he podido llegar a un local llamado «Custom» y en el cual se puede encontrar (aparte de piezas para Customs) un ligue que no haga preguntas y que no te deje por un gordo jugador de billar.
Salimos del «Custom» alrededor de las ocho de la tarde con destino a cualquier parte donde halla juerga y por supuesto, cerveza. La titi con la que voy es una hawaiana de dieciocho años que todo lo que quiere hacer es tirar millas para alejarse de su isla natal. Finalmente llegamos a una fábrica abandonada en un descampado. Allí se encuentran otros motoristas y también «Güisqui», mi proveedor oficial de cerveza. La noche promete.
Nada más llegar allí me agencio una caja de cervezas y nos apalancamos en uno de los lugares más solitarios. Una vez allí y tras haber bebido dos largos tragos de mi birra empezamos a morrearnos. Mientras lo hacemos empecé a recorrer mis manos por su exótico, contorneado, hermoso y curvilíneo cuerpo. Busco un lugar por el que poder poner mis manos en contacto directo con su piel y al final encontré el final de su camiseta y empecé a levantársela. En ese momento alguien gritó que venía la bofia y todos salimos del local. El mayor número de motoristas salieron en dirección norte buscando la carretera principal. Yo en cambio decidí seguir por el descampado con la esperanza, y los deseos de encontrar otro lugar apartado para seguir dónde lo dejamos, de que la policía, que no sé a qué se debe esta redada ya que todavía no son las doce, seguirían al grupo y se olvidarían de mí y de Margarita, que así se llama mi acompañante. Me equivoqué.
Cuando vi que aquellos cabrones de polis me seguían decidí buscar el camino más corto hacia la carretera principal. Antes de llegar, Marga (que así quería que la llamara) me pidió que la dejara bajarse. Yo paré la moto y esperé a que bajara, Mientras lo hacía pude verle un brillo dorado en el interior de su chupa. Que cabrona, es una madero de mierda. Antes de que ella pueda reaccionar arranco la moto y trato de alcanzar una buena ventaja. Cuando voy todo lo deprisa que puedo y ya he sacado ventaja a la bofia la veo. Se trata de una Harley-Davidson de Luxe, mi gran sueño. Es dorada y la conduce una motorista menuda de cabellos castaños y ligeramente ondulados formando una bella media melena. Intento acercarme a ella para entablar conversación y antes de llegar puedo ver su cara por un segundo en el espejo retrovisor de su moto. No os lo vais a creer pero creo que es Winona Ryder.
Esta imagen me hace dudar un momento y no puedo darme cuenta que la bofia se me ha echado encima. Oigo un disparo y antes de poder reaccionar pierdo el control de mi moto tras el reventón de rueda. Yo que creía que los polis de la ciudad no tenían puntería. Mi moto sale volando por los aires y en uno de sus botes cae sobre mi pierna izquierda haciéndomela polvo. Yo sigo resbalando por el suelo hasta que un camión tráiler que no me había visto para uno de sus neumáticos sobre mi pierna derecha. Tras mi grito alguien desciende del camión y al ver la situación intenta sacar el camión para liberar mi pierna. No lo logra ya que mi destrozada moto le golpea y le deja sin conocimiento.
La bofia se me echa encima, oigo risas de alguien que desciende del camión y el ruido de una moto cerca de mí. Cierro los ojos por un segundo y al abrirlos me encuentro a Marga apuntándome con una pistola y aprieta el gatillo. Antes de que la bala me impacte puedo mirar a cada lado. Las risas que oía son de Tanya, la chica que me dejó en el bar. La moto que oía era la Harley que conducía Winona Ryder, aunque ahora sólo veo un esqueleto vestido con una túnica negra y montando mi moto preferida. Por eso os digo que la muerte viaja en Harley-Da…

Por hoy es todo, como siempre, espero os haya gustado, espero vuestros comentarios, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

sábado, 11 de agosto de 2018

Relatos para las vacaciones (VIII) "UNA MALETA LLENA DE RECUERDOS"

Buenas noches desde el rincón en el que escribo.

Seguimos en esta época estival y yo quiero continuar haciendo llegar un pequeño relato para que puedas leerlo en cualquier lugar. Hoy, al igual que la semana pasada, os traigo un texto que también fue llevado a escena en forma de monólogo y que también representé yo, en esta ocasión en el "Grup de teatre de Can Pantiquet". Lleva por título "Una maleta llena de recuerdos" y dice así, pero como siempre, primero os dejo una imagen.


Hoy he tenido un recuerdo de mi infancia, recuerdo a la perfección la buhardilla que me servía de dormitorio. Cuando mis padres compraron aquella maravillosa casa en un pequeño pueblo cercano al Cantábrico asturiano les insistí muy mucho para que convirtieran la buhardilla en mi cuarto, quería dormir en lo más alto, igual que Heidi. Tras mucho insistir accedieron a mis peticiones.
Recuerdo a la perfección mi habitación, la tengo aquí guardada (señalándose la cabeza) como si fuera una fotografía. Recuerdo la enorme cama colocada en el lado dónde el techo hacía bajada para poder aprovechar al máximo el habitáculo, el armario empotrado que hicieron construir en la pared opuesta a la cama, que ocupaba toda la pared, era enorme, tenía unos altillos dónde guardaba toda mi ropa de abrigo, unos cajoncillos para la ropa interior, unas puertecillas que ocultaban un zapatero…
También recuerdo la mesita de noche, con un solo cajón en el cual descansaba durante la noche mis gafas y mi Biblia, sus únicas pertenencias y encima de la cual había una lamparilla tradicional, de esas que se encienden tirando de un cordel.
En una de las paredes montamos una estantería sobre la que iba colocando mis libros, los pocos trofeos que gané gracias al atletismo y algún que otro adorno.
Frente a la estantería la única ventana de mi habitación, daba al parque más importante del pueblo. Muchas veces pasé allí colgado horas, contemplando a los niños jugar a fútbol y a las niñas saltar a la comba, o me entretenía escuchando el canto de los pájaros.
Durante las tardes de verano, recuerdo, que la dejaba abierta y muchas veces no podía dormir la siesta ya que no paraba de escuchar el ruido de metal contra madera que producían las partidas de petanca que mi abuelo se marcaba con sus amigos, y sus risas y sus chistes, me acuerdo mucho de mi abuelo (empieza a llorar, se seca los ojos).
Había noches que tampoco podía dormir; pero no por mi abuelo; las peleas, voces y disputas de un grupo de adolescentes borrachos y colocados que jugaban a ser mayores sin ni siquiera haber disfrutado de su niñez, junto a un banco del parque.
Lo que mejor recuerdo es la trampilla que daba acceso a la buhardilla y la escalera de caracol de esta, colocada justo en el centro de la habitación.
Más tarde fui creciendo, la biblia de mi cajón cambió por un diario primero y unas «Playboy» más tarde, y por un elástico, una cucharilla y una jeringuilla. Recuerdo que llegó una época que no quería subir a la buhardilla. Pedí a mis padres que cambiaran mi habitación de sitio y sin darme cuenta me convertí en uno de los adolescentes borrachos del banco del parque.
Lancé a la basura mi prometedora trayectoria como atleta, abandoné mis estudios de derecho y robé todo lo que pude a mis padres. Cuando lo descubrieron me regañaron, pero en seguida me perdonaron. Pero yo nunca he podido perdonarme. Lo siento (levanta la vista al cielo, lágrimas, sigue llorando), ni siquiera tuve valor de ir con ellos en las vacaciones de hace tres años, dónde fallecieron en trágico accidente junto a mi única hermana.
Hoy casi he rehecho mi vida, me he casado, tengo dos niñas preciosas y estamos esperando un niño. Trabajo de obrero en una pequeña empresa de pueblo y vivo con mis abuelos maternos, a los paternos los perdí hace ya…
De aquella época he guardado una experiencia que contar, un pasado del que aprender y una maleta llena de recuerdos, no todos malos, algunos excelentes como el de la buhardilla de mi infancia.

Por hoy es todo, como siempre, espero vuestros comentarios, nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.

viernes, 3 de agosto de 2018

Relatos para las vacaciones (VII) "EL LUGAR DÓNDE VIVEN LOS SUEÑOS"

Buenas noches desde el rincón en el que escribo. Como seguimos en temporada estival y nunca está de más un relato que echarse a la boca, seguimos con estas píldoras literarias en forma de relatos, aunque en esta ocasión no es un relato tradicional lo que os traigo, se trata de un texto que lo escribí como monólogo teatral y que formó parte de la obra de teatro "SUEÑOS" de la compañía de teatro Amateur, "Grup de teatre de Can Pantiquet" en la temporada 2013-14. Además tuve la suerte de poder interpretarlo yo. Antes del texto os dejo una imagen, no de la representación, pero sí de algo que tiene que ver con los sueños.


Hoy he estado en el lugar donde viven los sueños. Es un lugar maravilloso, enorme bonito. Unos lo llaman Onírica, otros Tierra de Sueños, aún otros lo llaman los Dominios de Morfeo, yo solo sé que fui a buscar a un niño, al niño que yo fui, así que el nombre que le deis me da un poco igual.
Recuerdo cuando era niño que dedicaba muchísimas horas a jugar a fútbol, no dormía lo que debía por ir a entrenar. Estaba en un equipo de pueblo y era bueno, todos mis entrenadores veían futuro en mí. Como digo le dedicaba muchas horas de mi tiempo. Entraba a las cinco y media después de salir de clase, y entrenaba cuatro horas diarias. Cuando llegaba a casa tenía que hacer mis deberes, pero, y lo reconozco ahora después de muchísimos años, mi padre me los hacía casi siempre. Mi padre decía que podía ser el nuevo Pelé o el nuevo Maradona, que es lo que decían en aquel entonces los padres, hoy día dirán el nuevo Messi o el nuevo Cristiano Ronaldo. Era muy bueno la verdad, pero me lesione siendo un crío, una lesión grave en mi rodilla y jamás pude llegar a nada. Mi suelo acabó siquiera antes de empezar.
Como le dedicaba tantísimo tiempo al fútbol fui a buscar al campo de la tierra del sueño a aquel niño que era yo, pero no me encontré allí. Vi a muchísima gente, todos buenísimos, porque en ese lugar todos somos buenos. Pero yo no estaba. Había muchos padres también mirando con lágrimas en los ojos a sus hijos. Vi a niños de todos los tiempos y todas las nacionalidades, muchos ellos se convirtieron en grandes de ese deporte, o se convertirán en los años venideros, pero yo no estaba. No me veía por ninguna parte. Eso me puso muy triste y me puse a llorar. Uno de los entrenadores que allí estaban se acercó a mí y me preguntó por qué lloraba y cuando se lo dije se me quedó mirando muy serio y dijo: «No llores por eso, si no estás ahí es porque en realidad tu sueño era otro, estarás en otro lugar, todo el mundo tiene un sueño y en el lugar que estuviera tu corazón realmente estará tu sueño».
Eso me animó un poco y empecé a recordar y recordé una cosa, cuando el fútbol se acabó para mí quise que mi futuro fuera la medicina, igual que mi madre y mi abuelo y mi bisabuelo, pero quería ser médico deportivo, para ayudar a gente que como yo no podían realizar su sueño de ser un grande del deporte, así que me volqué en cuerpo y alma al estudio. La verdad, nunca había sacado malas notas pero desde ese instante mis notas mejoraron muchísimo, empecé a sacar dieces, es más, estaba tan obsesionado con ello que cuando sacaba un nueve me ponía a llorar. Yo quería un diez.
Y así fue como me planté en la selectividad, con la mejor nota de corte de mi comunidad autónoma, podía elegir la carrera que quisiera y la universidad que quisiera, salvo por un pequeño gran detalle, no tenía dinero para pagarme la universidad, mi padre trabajaba en una fábrica durante toda su vida y quebró poco antes de que terminara el instituto y jamás pudo volver a trabajar nadie contrataba a un hombre sin estudios y con más de cincuenta años. Mi madre trabajaba de doctora en un hospital, pero su sueldo no alcanzaba para mantener el nivel de vida de la familia y además costearme mis clases universitarias. No me quedó más remedio que dejar aparcada la universidad y buscar trabajo.
Así que fui corriendo al campus de Onírica, la mayor y mejor universidad que jamás haya visto, era preciosa, formada por los sueños de todos sus pobladores, y la recorrí entera buscando al niño que yo era, o al joven pero tampoco me encontré. Fui al lugar donde habitan los sueños de grandes médicos, o de los que no lo han sido pero lo han querido ser. Miré una a una a los ojos todas las personas que allí había, por si no recordaba mi propio rostro, pero tampoco estaba allí. Comprendí que aquella universidad se había forjado con los sueños de mucha gente, pero no con los míos tenía que seguir buscándome, pero, ¿por qué no estaba en ninguno de aquellos dos sitios?
No lo sabía pero empecé a recordar el porqué, una vez lo sabes es fácil encontrarlo. Aquellos sueños, los de ser futbolista, o los de ir a la universidad, no eran mis sueños, aunque por muchos años pensase que si lo eran, aquellos sueños pertenecían a otras personas que habían querido que yo los realizara por ellos, o los continuara por ellos.
Si mi padre no se hubiese empeñado en apuntarme a aquel equipo de fútbol, si no me hubiera convencido, yo jamás habría pensado en hacerlo. Antes de eso no me gustaba el fútbol, en realidad no sabía si me gustaba o no, era solo un niño, estaba descubriendo la vida, ¿cómo iba a saber que aquello era lo que quería para mí si ni siquiera sabía lo que significaba aquella frase? Aquel había sido en todo momento el sueño de mi padre, él quería que yo hiciese realidad el sueño que él había tenido, por eso no me encontré en el campo de fútbol.
Con la universidad pasó lo mismo, era el sueño, el deseo de una madre, la mía, la que quería que siguiese sus pasos. Esto también es muy común, padres que quieren que sus hijos estudien lo mismo que han estudiado en la familia, como una estirpe de cirujanos, o abogados o vete a saber qué. Familias enteras que deben estudiar PORQUE LO DIGO YO. Pero tampoco es extraño el caso contrario, padres que jamás han podido ir a la universidad y han querido que sus hijos se desvivieran por conseguir ese sueño, de ellos, sin importar lo más mínimo el deseo de sus propios hijos.
Con esto no quiero decir que sea malo soñar con ser un deportista de élite, o un docto ciudadano universitario, son sueños muy dignos, siempre y cuando sean nuestros sueños y no los sueños de otros. Ese es el peligro, querer que los demás realicen nuestros sueños, que la gente sea lo que yo quiero que sea, y acabar convenciéndoles de que realmente es su deseo y no el nuestro, y cuando ese deseo no se cumple la impotencia se hace insuperable. Como me pasó a mí en la tierra de los sueños. Hasta que me encontré. ¿Queréis saber dónde estaba?
Pues estaba aquí mismo. Sobre estas tablas del escenario, que crujen cuando se pisan, y con estas raídas cortinas que forman su telón, y estas butacas que en Onírica nunca están vacías, porque al igual que hay gente que soñamos con subirnos al escenario, hay gente que sueña con vernos actuar. Muchos padres y madres que aunque no lo reconozcan se emocionan al ver a sus hijos aquí arriba. Pero no pueden aceptarlo, su familia es demasiado prestigiosa para tener un artista en la familia, o que piensan que de que va a vivir su hijo o hija del arte.
Sí, estos sueños no se pueden decir, el teatro, la música, la pintura, la escultura y todas las demás manifestaciones artísticas, son para bohemios, para soñadores, y no se dan cuenta que todos los deseos, son para soñadores, incluso a un campo de fútbol pueden llamarlo teatro de los sueños, pero no entienden que el verdadero teatro de los sueños es el sueño del teatro.
Allí estaba el niño que yo fui, allí estuvo desde siempre y allí seguirá mientras yo tenga aliento en mi cuerpo porque verdaderamente, este es mi sueño, y es el sueño del que no quiero despertar. Por cierto, en aquel teatro, también les vi a ustedes, a todos, porque todos soñamos con esto de una u otra forma, aunque no lo digamos.
FELICES SUEÑOS.

Por hoy es todo, espero que os haya gustado, espero vuestros comentarios como siempre. Nos vemos en "Mi Rincón de Escribir". Nos leemos.